LO RAIZAL EN EL CONTEXTO AFRO EN COLOMBIA
por Harold Bush Howard, PhD *
(AFRO UN, Universidad Nacional de Colombia, 3 de mayo de 2019
1pm, Edificio de Posgrados de Ciencias Humanas, salón 204)
Resumen: visibilizar y dar a conocer las particularidades históricas y socioculturales del pueblo Raizal en el contexto colombiano; abordar el tratamiento particular por parte del Estado colombiano que se da por la posición estratégica y la importancia geopolítica del archipiélago, que hacen que se hayan implementado políticas de soberanía y de integración que han afectado la unidad étnica, lo cual la ha puesto en una posición precaria y en vías de desaparición o continua creolización o asimilación dentro de su propio territorio histórico y étnico.
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Precisamente por esa particularidad histórica y sociocultural es que pocos en las islas abogan por un acercamiento a las acciones de reivindicación con las otras comunidades afro, y porque muchos no lo ven como un comunidad afro sino simplemente como una comunidad étnica insular distinta a los otros por el aporte británico a la etnia nativa de las islas, mal llamada raizal.
Ese tratamiento difiere de lo otorgado a otras etnias seguramente por la importancia estratégica de las islas y se quería asegurar el espacio territorial sin importar la población que las habitaba.
Esto ha llevado al Estado central a tener que asegurar la lealtad de los mismos y a través de ello asegurar soberanía, desafortunadamente con mecanismos que han afectado a la misma y que han resultado ser contraproducentes porque al día de hoy hay un alto porcentaje de isleños nativos que no se sienten colombianos, aunque esto no implica que vayan a aceptar la separación del país, lo cual explica el poco avance de AMEN y del Estatuto Raizal, dos actores protagónicos en los últimos 20 años.
Este proceso ha llevado a la formación de grupos separatistas, AMEN siendo el más reciente. Abogaba por la autodeterminación, aunque la posición de ésta es ambigua y parece no querer ser abiertamente separatista. Ha izado una bandera y ha declarado la independencia en un acto en San Andrés hace unos años. Pero el fallo de La Haya pudo haberle dado un impulso. No se aprovechó.
El nombre mismo de AMEN nos dice mucho. Amen-SD: Archipelago Movement for Ethnic Native Self-determination.
1. Auto-determinación
2. Native: NO USAN EL TÉRMINO RAIZAL. Uso controvertido regular, que en sí representa la ambigüedad que enfrentan los movimientos sociales raizales en relación al país: es una palabra rebuscada del castellano para identificar a un comunidad de habla anglosajona. Muchos tenemos preferencia por el uso de Isleño nativo.
Desde 1900 ha habido un esfuerzo en asegurar la lealtad nacional de los raizales, antes no había mucho interés en asegurarla como política de Estado:
Entre 1822 y 1900 las islas vivían un período dorado de la raizalidad, caracterizado por el abandonado colombiano pero una autonomía casi total en el manejo de las islas que se verá destrozada después de que se consolida el estado con la Constitución centralista de 1886 que traduce el espíritu de integración nacional tras años de guerras civiles, una percepción de unidad nacional que se reforzaría con la pérdida de Panamá.
Las políticas de soberanía por integración cultural en las islas fueron llevadas a cabo inicialmente por la iglesia católica. Había un Estado aún débil, de pocos recursos y exenta una política de desarrollo social efectiva, por lo que las islas siguieron sintiéndose abandonadas. El Estado se limitó a cambiar el estatus de las isla, sin un programa de inversión adecuada.
La premisa central, tras la concentración en espacios nacionales, era eliminar o volver poco significativo el nexo de los habitantes con el territorio con una idea de nación indisoluble donde el territorio étnico era irrelevante.
Claro que esta tendencia cambió radicalmente desde finales de los ochentas, propiciado por la firma del Convenio 169 de la OIT de 1989 sobre Pueblos Indígenas y Tribales.
Una tendencia consolidada con la Constitución de 1991 que otorga la posibilidad de una legislación especial para las islas en virtud de su etnia anglo-Caribe. Por otro lado, a medida que aumenta la población de afuera, como ocurrió en los noventas, se hace más relevante hablar del asunto de tierras y territorio.
A principios del siglo pasado se comienza la penetracion estatal que recibe un impulso con el Puerto Libre de mediados del siglo que cambia todas las dinámicas y son la base de las situaciones de hoy día.
Desde luego todo cambia de nuevo en 1991, por lo menos en el papel, aunque hay un énfasis en los ochentas en lo raizal como consolidación de una identidad regional y nacional con Simon González, siendo esto por primera vez un intento de construir un modelo político y social local basado en la identidad propia, lo cual ignoraba las demandas de los otros.
Irónicamente fue durante este período cuando se da la mayor entrada de gente de afuera, en parte como resultado de la necesidad de mano de obras para atender las demandas de construcción y el boom en el comercio y hoteles.
La particularidad de las islas y de los raizales es pues reconocida por la nueva Constitución (y por sentencias de la Corte Constitucional que declara nuestra cultura riqueza de la nación y en necesidad de protección).
Esto paradójicamente coincide con un período donde las perspectivas raizales de supervivencia son bastante críticas por el proceso de asimilación y por cambios demográficos ocurridos por la llegada masiva de mas continentales y el aumento considerable de nacimientos no raizales que superan a los raizales.
La importancia estratégica de las islas y el reto a la soberanía nacional presentada por una población distinta que no del todo aceptaba y acepta la soberanía nacional, ha interferido de manera negativa en el tratamiento oficial a la etnia raizal.
Siembre han habido tensiones entre las islas y Colombia. No tan fuertes como entre grupos indígenas y el pais, pero tal vez más que otros grupos afros.
Es claro que al estar hablando de tendencias separatistas hoy día es un refleja de los problemas que enfrente la etnia, como también del fracaso relativo de las políticas de integración, las cuales tienden a exacerbar más la situación.
De allí que hoy día muchos raizales expresan un mayor deseo de re-conexión con el Caribe anglosajón que se perdió con la mayor integración a Colombia, como forma de reafirmación de la identidad histórica anglo-caribeño y de defensa frente a la mayor intrusión de lo colombiano mediante procesos de presión sociológica derivados de la integración a Colombia. La distinción y el tratamiento por separado refuerza la identidad raizal, y esto explica mayoritariamente la razón por la cual los grupos raizales no tienden a aliarse con otros pueblos Afros de Colombia. Se teme que una alianza estratégica con ellos debilitaría el poder de influencia de lo raizal y sería otro elemento en el proceso de asimilación al país.
Las tensiones eran por el abandono, pero cuando por fin llegó algo de atención la estrategia era cambiar a la etnia y volverla colombiana afectando su integridad y al mismo tiempo ignorando su opinión en relación al desarrollo de las islas y a lo que afecta a los isleños.
A través de los años hay varios ejemplos. El caso más reciente es en relación al reclamo nicaragüense del archipiélago y el caso ante la Corte Internacional de Justicia, CIJ, en La Haya. Nos ignoraron y por eso se omitieron aspectos claves que pudieran con seguridad haber guiado los jueces hacia un fallo distinto y más favorable a las islas. Por eso cuando llegó el fallo de 2012 se presentó uno de los periodos más críticos en relación a la cuestión separatistas, pero de nuevo actúa el Estado colombiano para calmarlo. Aquí es donde entre la promesa del Estatuto Raizal y el aumento considerable de la inversión pública en las islas a través del Plan Archipiélago.
¿Porqué se hubiera podido asegurar un fallo distinto de habernos tenido en cuenta? La cuestión de la frontera y el enclave creado por el fallo de Serrana y Quitasueño, hubiera sido evitando si Colombia hubiera indicado que la etnia raizal históricamente ha usado esos cayos para surtir parte de su sustento alimenticio y económico, a juzgar por fallos de la misma CIJ, uno de los cuales involucra a la misma Nicaragua en una disputa terrestre con Costa Rica. Se otorgó el rio a Nicaragua pero derecho en perpetuidad a los pescadores de Costa Rica a pescar en el mismo en virtud de su tradición ancestral de pesca artesanal en dicho río. Las nuevas fronteras hacen que los pescadores de las islas tenga que pasar por aguas nicaragüenses para llegar a a los ricos bancos de pesca de Serrana y Quitasueño y cierra la posibilidad de acceso a la zona de Luna Verde, otorgado Nicaragua, el tradicional espacio de recopilación de langosta y caracol pala para todo el archipiélago.
No incorporaron los argumentos étnicos en relación al territorio en disputa, algo que en otros casos han sido presentados y han sido favorables a los paises que los han argumentado, en contraste con que sí se hizo en el caso Nicaragua-Costa Rica, que ocurría casi al mismo tiempo que el caso nuestro con Nicaragua. Algo sorprendente porque la llamada nueva generación de derechos humanos ha estado escalando posiciones importantes en los fallos y dos de los jueces, incluido el actual presidente de la CIJ, son expertos en el tema.
¿Porqué no nos tuvieron en cuenta? En parte por el centralismo burocrático bogotano, pero uno podría argumentar cierto reticencia allá en el 2001 a darle protagonismo a una persona de color de las islas. Aún se percibe esto. La anterior canciller propuso al Presidente nombrar a alguien de las islas como Co-agente pero el único Co-agente actual rechazó categóricamente compartir plataforma con alguien de las islas, la gran mayoría de los cuales no somos blancos. A un Afro-isleño raizal le propusieron tomar un puesto en Kenia porque el ‘es negro y allá en Nairobi son negros’. A lo largo de la historia de las islas hay documentos oficiales que señalan una actitud despectiva hacia la población de color y protestante de las islas, algo que iba en consonancia con actividades generales de la capital en relación con los Afro colombianos.
Ahora han incorporado esos argumentos raizales (pero aún no a los raizales en el equipo legal) pero es muy tarde y lo máximo que puede hacer la Corte es instar a los dos paises a ponerse de acuerdo para el manejo conjunto de aspectos de explotación pesquera y manejo ambiental, un tema que busca la misma Presidencia, Cancillería y la sociedad civil a través de AMEN, pero nada que avanza en éste gobierno que le ha quitado el impulso a los aspectos raizales y las cuestiones de integración fronteriza, en parte porque no hay fuertes presiones desde las islas, desde la base, lo cual poco anima al gobierno a hacer algo.
Tenemos pues que las tendencias separatistas y anti colombianas aumentaron considerablemente después del fallo del 2012 y esto causó alarma en Bogotá que los llevó a crear el Plan Archipiélago, y en ese contexto usar la estrategia de escuchar y dar la impresión de estar interesados y en esto también cae el Estatuto. Muchos vimos el manejo del Ministerio del Interior como una estrategia orientada a neutralizarla mientras la retórica oficial era la de darnos algo.
No sorprende pues que esas tensiones, históricamente por el abandono y luego el intento de destruirnos, hayan llevado a la formación de un grupo separatista en los 60s y 70s y mas recientemente el grupo que aboga por la autonomía, AMEN-SD, que se formó en 1999, pero no fueron suficientemente fuertes como para causar un impacto significativo, aunque sí obligaron al gobierno nacional a actuar. El Estatuto es la respuesta a ello, aunque al mismo tiempo el Estado aumenta la dependencia isleña en relación al país.
La retórica de AMEN no es abiertamente separatista pero es clara que la intención es esa. Es un movimiento raizal con tendencias separatistas, ya que su propuesta es la autodeterminación, algo que no se plantearía si no fuera el separatismo o la autonomía un proyecto político. A raiz de AMEN se ha montado la Autoridad Raizal que ha servido de interlocutor con el Gobierno Nacional. Es interesante anotar que algo que afecta los argumentos de autonomía es la inexistencia de una sistema de gobierno tradicional en el grupo raizal, por lo menos no en la forma en que lo han tenido los grupos indígenas del país. La Autoridad Raizal es pues algo montado.
Las políticas de integración desde luego nunca fueron efectivas, pero causaron mucho daño a la unidad y homogeneidad cultural raizal, en especial a través del aumento de la población por inmigración del continente que produce cambios substanciales y debilita aún más el control raizal sobre su territorio ancestral. Uno podría argumentar también que más que una afectación a dicha unidad se dio más bien un proceso de creolización, algo que sigue el proceso histórico de continua creolización de la cual somos parte.
En ese incentivo a la colombianizacion de las islas a través del poblamiento de personas del continente, políticos locales le tendieron una mano al gobierno (en especial el de Turbay Ayala). Esto fue una política de Estado y continuó hasta 1991. Crea dinámicas nuevas porque va llenado las bases electorales de los políticas no raizales que aún hoy incrementan su poder local y desplazan a los nativos en la coyuntura política local, precisamente por la mayor base electoral no raizal que hay en las islas. Hoy día ya vemos divisiones políticas a lo largo de divisiones étnicas, en parte por la percepción de los isleños de origen inmigrante de que lo raizal predominaba y a ellos se les ignoraba, y esto se volvió más problemático con la introducción de medidas de control poblacional en 1991. Vemos hoy día políticos que basan sus estrategias electorales en un discurso anti control inmigración.
Esto está creando dinámicas muy complejas tanto para el ambiente político como para el orden público. Muchos de esas personas se asentaron en barrios marginales que el estado no atendía y han sido foco de hacinamiento y delincuencia. Desde luego sectores raizales han contribuido a estos focos, en especial asociado con el negocio de las drogas. Los políticos locales tienden ahora a atender más las demandas de estos barrios, en gran parte porque son fortines electorales. Los isleños inmigrantes han sido menos propensos a la protesta y esto ha impedido que reciban mayor atención por parte del Estado.
El raizal nunca se sintió del todo colombiano y las políticas de integración empujaron a muchos a alejarse de su país. Al día de hoy hay un alto porcentaje que no se siente identificado con el pais. Porque somos distintos y porque el Estado colombiano nos ha hecho mucho daño. En un encuesta llevada a cabo en San Andrés entre 1987-1988 de actividades nacionalistas, apenas 21 de nativos dicen que recibe un un buen trato de Colombia.
La encuesta arrojó interesantes resultados que preocuparían al gobierno nacional:
-sólo un 41% dice que la pertenencia a Colombia ha sido buena.
-un 25 prefiere unas islas independientes y un 17 prefiere que se unan a Los Estados Unidos o a Inglaterra.
-un 42 que no desea ser colombiano.
-la mayoría, el 59% se siente simplemente isleño,
-mientras sólo el 39% se siente colombiano.
Todo ello señala un sentimiento aún fuerte de no pertenencia al país.
A diferencia de otras etnias donde no ha existido un desarrollo histórico que genere un factor distintivo en relación al territorio que les hubiera permitido buscar esa desconexión con el país, nosotros nunca nos hemos sentido del todo integrados pero hemos sido forzados a hacerlo. En lo personal no me siento muy colombiano. Soy colombiano pero no me siento colombiano, que es otra cosa.
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¿Porqué nos han querido desaparecer? Porque interferimos con las estrategias de soberanía e integración nacional, porque amenazamos la soberanía nacional en las islas y aguas circundantes al cuestionar el control colombiano en las islas.
Esto cuestionamiento del control ha llevado a muchos a hacer una revisión historiográfica que ha llevado a una reinterpretación de las bases de los nexos históricos que cimentan la base legal de las islas como parte de Colombia, en parte impulsada por AMEN como consecuencia del fallo de 2012.
Si bien la CIJ categóricamente señala que las islas y cayos son legalmente colombianas, el destino de las mismas pudo haber sido otro y la pertenencia a las islas a Colombia obedece a la decisión de la ocupación militar de incorporarlas al país y no a una decisión unánime de los colonos ingleses que se asentaron en las islas desde finales del siglo 18 tras la firma del Tratado de Versalles de 1783. Tras la llegada del emisario colombiano de firmar el acta de incorporación, pasaron varias horas antes de la izada del tricolor colombiano en Fort Warwick, seguramente por discrepancias con los locales, que en todo caso no tenia otra alternativa que aceptar bajo la ocupación militar so pena de ser expulsados.
Esa reinterpretación nos ha hecho describir aspectos de la incorporación de las islas a Colombia que va contraria a la versión oficial que nos enseñaron en el colegio y aceptada hasta la fecha.
Colombia se tomó a las islas. Fue una ocupación militar y el acto de asegurar su incorporación al país fue ordenado desde la capital. Los isleños colonos británicos (ahora colombianos por adopción pero nunca se sentirían colombianos y continuaron expresando lealtad a la Corona británica y atención al Caribe anglosajón de la cual formaban parte) no pidieron ser parte de ella. Hablan de un cabildo pero no tenían opción, estando ocupado por una fuerza militar independentista que deseaba incorporarse al proyecto político de Bolívar, quien envió a gente a las islas a asegurarlas para la nueva nación. El acto no aparece pero la mayoría se firmantes son de las fuerzas de ocupación , por lo que se puede argumentar que no fue un acto de expresión popular o autodeterminación sino un acto administrativo del nuevo poder centralista. En todo caso, en virtud de que las nuevas naciones heredaron los espacios geográficos y administrativos de las diferentes organizaciones administrativas coloniales, las islas entrarían a formar parte de Colombia. Sin embargo, si esa fuerza ocupadora hubiera optado por incorporarlas a otra nación lo más seguro es que no fueran colombianas.
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El proceso histórico de las islas entonces nos provee de una singularidad y excepcionalidad que contrastaba con el modelo nacional, que amenazana la soberanía nacional según la visión algo paranoico de la doctrina militar, pero que el Estado mismo agravó al tratar de forzar y asegurar una colombianidad o la integración, que afectaron derechos humanos y en consecuencia hubo reacciones de descontento y separatismo que ponía en peligro la soberanía de Colombia sobre los mares e islas, algo que junto con el reclamo de Nicaragua, causaron alarma en el alto gobierno. Se formó un círculo vicioso que no paraba y en el proceso el raizal se vio muy afectado.
Esa particularidad desde luego viene de ser el legado de un asentamiento y colonización británica, y de haber sido parte de un proceso colonial distinto al resto de Colombia. En efecto somos el único grupo étnico en Colombia legado de una potencia europea no española.
Pero en el fondo las problemáticas son parecidas.
El pueblo Raizal sufre por los mismos problemas estructurales de falta de soluciones (no necesariamente de inversiones) de sus problemas más apremiantes y la falta de acceso a oportunidades.
Sufrimos por discriminación racial.
Sufrimos de altísimos indices de necesidades sociales y económicas insatisfechas, como otros grupos etnicos del país, especialmente los Afros.
Las diferencias son a nivel histórico, cultura y de trato político. En nuestro caso es tal vez el único de una asimilación forzosa por las políticas de integración estatal.
No sorprende pues que somos los únicos que hemos tenido un proyecto político de dejar de ser colombianos. De allí la relevancia del Estatuto que fue secuestrado por el ala más radical de los grupos de reivindicación raizal y terminó siendo un intento de forzar la autodeterminación y la autonomía administrativa de las islas, mediante un redefinición del esquema político y administrativo que liga a las islas con Colombia.
El Estatuto se circunscribe en el intento de alejarse del país pero, al igual que con los grupos separatistas, ha sufrido por una serie de debilidades internas y por políticas estatales de neutralización.
El Estatuto fue concebido por el grupo AMEN como un medio para asegurar autonomía étnica y a través de ello autonomía administrativa de las islas. Era en efecto una especie de mini Constitución para el archipiélago.
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El contexto histórico y político-estratégico y desde luego cultural, nos señala las diferencias con el resto de grupos afro del país.
– momentos claves del proceso histórico de San Andrés Providencia y Santa Catalina y su relación con Colombia.
Especialmente ocupación militar de Aury y sus hombres, 1818-1822, que asegura las islas para Colombia, y la ubicación estratégica del Archipiélago durante el proceso de Independencia Nacional.
Un aspecto clave es la diferenciación en los procesos históricos se evidencia con la esclavización de africanos en las islas que, aunque es un elemento común a todos y nos une a la comunidad Raizal con el resto de Colombia, lo subyace un proceso histórico muy diferente.
La manumisión ocurrió oficialmente con la llegada de Luís Aury en 1818. Un francés que conoció de primera mano la revolución haitiana y decepcionado por la recuperación del poder personal de Napoleón en Francia, inspirado en las ideas de la ilustración y los movimientos revolucionarios franceses, norteamericanos y haitianos. No sorprende que uno de sus primeros actos al llegar a Providencia fue liberar a los esclavos.
Pero la esclavizazión se vuelve a imponer por los colonos ingleses que comenzaron a llegar con mayor ímpetu una vez se consolida el estatus de las islas con la incorporación a Colombia en 1822. Sin embargo se eliminaría el 1 de agosto de 1834 en consonancia con la manumisión en el Imperio británico. En el resto de Colombia no se daría del todo hasta el 1 de enero de 1852.
Una nota sobre la ocupación de Aury: muestra la fuerza de los procesos anglo-británicos en las islas, afianza la identidad raizal por cuanto crea las bases para la llegada de una comunidad de habla inglesa más todo de Jamaica. Al haber asegurado el estatus de las islas se da un momento de estabilidad que permitió la consolidación de esa comunidad, una comunidad que viviría casi abandonada y floreciente como tal hasta el comienzo de las políticas de colombianizacion de principios del siglo 20.
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Somos la única etnia de influencia europea no española, con un legado cultural, religioso y visión del mundo y lingüístico particular en el contexto colombiano.
La única etnica que ha tenido una doctrina propia de soberanía nacional en torno a las aguas que proyectan y generan el archipiélago para el país, que ha llevado a la Corte Constitucional a reafirmar la identidad y particularidad étnica y cultural.
La única que le ha asegurado a Colombia varios kilómetros cuadrados de mar, a pesar de lo ‘perdido’ en el fallo del 2012, que al decir verdad nunca fueron legalmente nuestras, aunque teníamos derecho a ellas en virtud de nuestro uso de las mismas para actividades de pesca y porque es parte de nuestro mundo Caribe y raizal, con todas las connotaciones de identidad, culturales y de visión del mundo.
La única etnia cuyo territorio se lo disputan dos naciones y la nación a la que pertenecer la ha intentado hacer desparecer de la faz de la tierra (cuando en contraste los miembros de la misma etnia al otro lado disfrutan de autonomía y han logrado sobrevivir).
La etnia a quien el Estado ha forzado a integrarse, afectando de paso un legado histórico y sociocultural muy diverso y rico.
No sorprende pues que seamos la única etnia colombiano que ha peleado para que su territorio sea autónomo o separado de Colombia.
Todo como resultado de la ocupación de un espacio estratégico para Colombia. Somos una etnia pequeña, 30-40 mil miembros, en comparación con los otros, que tiene una doctrina jurídica especial (centrada en la afirmación de la identidad y la necesidad de protección como consecuencia de ello).
Si bien por esas condiciones geográficas, especificidades y contexto político estratégico hemos tenido un tratamiento diferente, lo paradójico tal vez es que somos uno de los grupos étnicos con posibilidades de desaparecer si el panorama demográfico no cambia.
La única con una propuesta de Estatuto especial. A propósito, nada nuevo el uso del término ‘especial’. Éramos una ‘intendencia especial’ pero ese período (1972 a 1991) fue uno de los más desastrosos para lo raizal.
La única con una historia de formación de grupo separatistas.
Quiero concentrarme en dos aspectos que junto a la diferenciación histórica y cultural nos distingue de las otras etnias y grupos afros del país, el separatismo y el Estatuto Raizal.
SEPARATISMO
En los 60s y 70s se formó un grupo separatista como resultado del impacto negativo de desplazamiento espacial y socio económico que propicia el Puerto Libre y por la paulatina desaparición del modo de vida tradicional junto con los aspectos socioculturales.
Más recientemente AMEN ha sido el grupo de mayor impacto por cuanto influenció políticas públicas y sentó las bases de la narrativa raizal en los últimos 20 años, pero el proceso alrededor de La Haya y su incapacidad de concentrar el descontento raizal, más cierto divorcio con las aspiraciones de la mayoría y su falta de entrega de resultados, la debilitaron.
ha declarado la independencia de manera unilateral, pero algo que no tuvo mucho respaldo popular y se le vio más como un proceso de presión para impulsar aspectos de reivindicación.
El problema de AMEN es que se interesó poco en esos aspectos de reinvindicacion y mucho en conquistar poder político. Esta falla se tradujo al Estatuto que en parte fracasó por esto y otros motivos que más adelante abordaré. Sacrificaron posibles logros porque querían el todo o nada. Detrás del Estatuto estaba la idea mayor de obtener la redefinición del esquema político-administrativo que liga a las islas con Colombia, creando una especial de región autónoma con autogobierno donde el Gobernador quedaría supeditado a los dictados de ese gobierno étnico.
El grupo independentista de los 60s y 70s desapareció por una combinación de represión y mano dura estatal. Su líder, Marcos Archbold, terminó pidiendo asilo político en los Estados Unidos. El caso de las islas llegó a las Naciones Unidos impulsado por el, pero Colombia logró que no avanzara el debate.
AMEN nunca tuvo el apoyo popular necesario a su propuesta de autogobierno (como un paso hacia la independencia) por los efectos de las políticas de integración que llevó a los isleños raizales a perder su homogeneidad y sufrir una crisis identitaria (lo cual hace poco probable la sostenibilidad de un proyecto separatista). También porque nunca logró articular un proyecto que tuviera lo adecuado para entregar unas mejores perspectivas socio-económicas y socioculturales.
Su narrativa del colonialismo y de las políticas anti-raizales del Estado colombiano contrastaban con logros que se obtenía por inversiones estatales y más recientes con tutelas que la sociedad civil, no asociada al grupo. recurría para hacer respetar e interpretar sus derechos otorgada por la Constitución de 1991 y el Convenio 169 de la OIT de 1989, y demás normas (logrando avances en la llamada ‘doctrina insular’).
Como un grupo que abogaba por la autonomía ha recibido un tratamiento especial y se constituyó en actor político de importancia e interlocutor entre las aspiraciones raizales y el Estado. Pero con AMEN siempre hubo una disonancia entre lo que decía y lo aspiraba el pueblo y es por eso que si bien los isleños siempre hemos tenido una política ambigua hacia el país, también la hemos tenido hacia AMEN: se le otorga la autoridad para elevar nuestras preocupaciones pero no de decidir nuestros destinos.
AMEN se convirtió en un grupo cuyo objetivo era el independentismo pero la gran mayoría no deseaban eso, o por lo menos no lo que proponían ellos. No habían alternativas suficientemente atractivas para la mayoría decidir alejarse del país.
Pero la postura misma de AMEN es ambigua. Declara la independencia e iza una bandera que dice ser de las islas, pero sus propuestas apuntan a un esquema de autogobierno con autonomía para que el pueblo Raizal decida su propio futuro, pero al mismo tiempo sus referentes y aspiraciones ideológicos y políticos nunca fueron refrendados por el pueblo Raizal.
Fue incapaz de traducir sus aspiraciones en hechos concretos a favor de la comunidad nativa.
Y ello se debe a que su gran talón de Aquiles fue que era demasiado ideológica y no práctica. Se limitaba a repetir preceptos y aspiraciones pero no fue capaz de traducir todo eso en aspectos prácticos. El Estatuto heredó esta concentración ideológica y también fracasó.
Por ejemplo tenía una propuesta de autonomía sin haber hecho una análisis de la viabilidad o impacto económico o jurídico (más allá de la autodeterminación, lo cual no solo no tenia el total respaldo de los raizales sino que desconocía el derechos de otros habitantes del archipiélago, algo que de ignorar afectaría la credibilidad y viabilidad de todo).
Tampoco tenia una propuesta de qué iba a hacer después de una mayor autonomía o independencia.
Por su parte, dominó la llamada Autoridad Raizal pero ésta tuvo sus problemas internos de concentración en pocas personas, falta de control ciudadano y poca aceptación ciudadana, lo cual ha hizo anti democrático. La actual Autoridad lleva varios años sin ser renovada.
AMEN logró concentrar pero nunca maximizar el descontento hacia una política efectiva y democrática que diera alas a las opiniones separatistas. Y de allí que la protesta se ha ido concentrándose fuera de la esfera del grupo.
Mientras más radicalizaban su discurso paradójicamente menos hicieron para el desarrollo diario de los isleños raizales que estaban más interesados en poder tener agua, un trabajo, etc que el desorden que habría traído una idea retórica e ideológica de la independencia que impulsaba.
Sin embargo, la radicalización de su discurso causó alarma en el gobierno nacional y lograron impactar las políticas estatales en las islas y su efecto se sentiría en las islas y en Bogotá. Lograron de alguna manera moldear la agenda raizal y es difícil ver a otro grupo que lo haga ahora. Este vacío afectará aspiraciones raizales. Es difícil ver cómo se volverán a poner los temas raizales a nivel de relevancia que tuvo en los 90s y después del fallo del 2012. Lo que sí logró al fin Amen fue una reafirmación del sentido de pertenencia y el afianzamiento de la identidad raizal.
A pesar de las políticas de integración, la relación de los raizales con el Estado central ha impedido que se formen más opiniones separatistas o simples grupos de reivindicación. Los que se han creado gravitaron hacia la órbita de influencia oficial.
Amen fracasó también porque el Estado reaccionó incentivando una mayor dependencia que hace más difícil un proyecto independentista.
En consecuencia, la pregunta que debemos hacernos es si los grupos de reivindicación raizal han causado más daños que aspectos positivos. Por cada acción raizal hay una reacción estatal desfavorable o total indiferencia frente a los asuntos raizales, como ocurre en estos momentos. Colombia colombianiza mas las islas cuando se cuestiona la soberanía.
Se genera una relación de dependencia y de dominación en un proceso económico donde no tienen protagonismo los raizales. Esto, y un conflicto identitario resultado de las políticas de colombianización, más políticas de cooptación política de los lideres, ha impedido que se consolide una oposición suficientemente fuerte contra la soberanía colombiana.
El Estado post 2012 aumenta esa dependencia al aumentar la inversión pública y se estima que el presupuesto per capita de las islas es hasta 6 veces mayor que el resto del país. Este aumento de la dependencia económica de las islas de Colombia, neutraliza intentos de autonomía.
El aumento presupuestal, sin embargo, no resultó en una mayor aceptación del país pero sí en una ola de corrupción que llevó a los dos últimos Gobernadores a prisión y a miles de dineros derrochados que le negaron un mejor futuro a las islas. Las necesidades insatisfechas de los isleños es aún muy alta.
Tenemos pues una etnia anglo-afro-caribeña cuyos miembros tienen aspiraciones de separarse del país, algo único entre las comunidades afro del país, pero no se le ha presentado una propuesta viable que les mejore su calidad de vida.
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Habiendo logrado poco Amen, y con el Estatuto un fracaso,
¿Cual es el status actual de lo raizal?
Pasa por una crisis existencial por:
-la Asimilación.
– la dinámica poblacional.
-porque ya no hay actores de peso que impulsen aspectos de reivindicación.
El movimiento raizal como tal está en su peor momento, habiendo estado cercano a conquistar muchas cosas, en parte con el Estatuto. Si podrán recuperarse de esto es la gran pregunta.
Lideres raizales tratan de recuperarse y apunta a otros aspectos, como el de la recuperación de tierras para uso comunitario, de nuevo sin tener un esquema de manejo de los mismos, lo cual en todo caso sería una imposición porque en las islas nunca ha habido un esquema de propiedad comunitaria de la tierra. Los colonos ingleses siempre respetaban la propiedad privada y de hecho su colonización de las islas se basaba en la posibilidad de acceso a la misma ante las dificultades de obtenerlas en Jamaica ante el control de un sistema feudal de apropiación de la tierra.
Que no se logren aspectos significativos de la reivindicación es una ironía porque desde 1991 tenemos una legislación muy favorable, con una doctrina particular para las islas que se ha ido moldeando a través de sentencias de la Corte Constitucional, pero una realidad desfavorable, con oportunidades que no se han sabido aprovechar.
La realidad del pueblo raizal: sobrevivir. Los números no son alentadores. Somos alrededor del 30% de la población. La mayoría de nacimientos en las islas son de gente de afuera que no paran en llegar a pesar de los controles poblacionales a la migración. Los isleños raizales tenemos la tendencia de emigrar de las islas, lo cual aumenta la necesidad de la llegada de más personas.
Somos una minoría étnica en nuestro propio territorio histórico étnica, resultado de las políticas estatales de asimilación y los proceso migratorios que han llevado a la creolización. Las fronteras no son claras. Y esto ha generado un debate sobre quién es raizal y quien no lo es. ¿Nexos de consanguinidad o ser parte de un proceso sociocultural?
La preocupación de desaparecer y el proceso de integración cultural en las islas nos ha llevado a preguntar ¿Quien es raizal?
La colombianizacion desde 1900 y con más ímpetu desde el Puerto Libre en 1953 ha desdibujado las fronteras entre la tradicional cultura raizal y la de los inmigrantes del continente, una prueba del éxito relativo de las políticas de integración.
Se esperaba que el Estatuto lograra consolidar un proceso de supervivencia raizal, pero el esquema de los que lo planean es a través de una autonomía, que choca con la realidad jurídica de Colombia, con los derechos humanos y en general, con la realidad económica. Al fin se da la impresión de que importaba menos la supervivencia como etnia que la conquista de poder económico y político.
Fue usado en últimas por el gobierno como una panacea para calmar ánimos después del fallo del 2012. Y por algunos líderes raizales para sacar beneficios económicos, por unos mecanismos de cooptación que usó el Gobierno para neutralizarlos. A la larga el gran perjudicado es el pueblo raizal. Se crearon expectativas que no se han cumplido, que no se iban a poder cumplir.
1. ¿Qué implicaciones tuvo para la el haber sido colonizados por ingleses que por españoles? Destacando un poco nuestras diferencias con las comunidades negras del país.
La simbiosis británica con africana sin duda genera una visión del mundo distinto a la española-africana del resto de comunidades afro.
Pero esas diferencias se han vuelto cada vez mas tenues y se han debilitado las fronteras. El idioma creole ha perdido posición y es concentrada al ámbito familiar y religioso. La religión protestante ya no es mayoritaria. Esto hace difícil la transmisión generacional necesaria para la supervivencia de una etnia. Hoy día se ha extendido la interpretación de quien es raizal para incluir a personas que son considerados distantes.
2. ¿Se puede hablar de una relación Afro – Raizal?
Somos ascendientes de africanos esclavizados, aunque esto no se reconoce mucho por el énfasis en lo anglo y lo caribeño. Pero esto está cambiando, con hechos como la celebración del Emancipation Week el 1 de agosto, ahora reconocido con una ley,
Somos una etnia afro muy mezclada. Yo diría que un 50-50 en el caso de Providencia y tal vez 70-30 en el caso de San Andrés. Los otros grupos afros del país tienen una homogeneidad más sólida como afro.
Lo afro en el caso de las islas es un componente primordial de la cultura, la lengua, las tradiciones del mundo simbiótico anglo-caribeño de la cual somos parte. Desde luego se diferencia de lo afro colombiano por un proceso histórico anglo-caribeño que ha moldeado a nuestras islas. Pero en el fondo las problemáticas y las aspiraciones som parecidas: siendo de los grupos etnicos de más bajos ingresos.
3. ¿Cuál es la actualidad del pueblo Raizal desde la perspectiva del Estatuto Raizal?
Esas aspiraciones separatistas, o por lo menos de tratamiento distinto por ser distintos, vienen a ser reflejadas en la propuesta del Estatuto presentada por los líderes raizales, que dista mucho de la concertada con el Gobierno Nacional esencialmente porque al intervenir el gobierno se elimina las propuestas de autonomía y de declaratoria de las islas como territorio étnico con tratamiento especial. Se pierde una oportunidad de lograr aspectos de reivindicación al concentrarse demasiado en los aspectos de poder. No había garantía de que una autonomía que perseguían y que no iba a aceptar Colombia, pudiera entregar una mejor vida para la etnia.
Se pensaba que el Estatuto otorgaría eso, con un impulso con las políticas nacionales de darle a las islas lo que quisieran desde fallo del 2012, que codificaría esa legislación especial, se beneficiaría de los logros, pero ha fracasado porque no ha logrado un balance entre las aspiraciones de la etnia raizal y lo que el Estado central es capaz de otorgar respetando la colombianidad de las islas, la soberanía nacional y los derechos de las otras etnias.
el Estatuto se venía proponiendo inspirado en el nuevo marco legal para las islas en torno a la particularidad raizal y por el medio ambiente. Pero coge impulso con el fallo del 2012, algo que aceptó el Estado como firma de canalizar y desde luego manipular y controlar el descontento a través de promesas, discusiones que debilitan argumentos raizales y mecanismo que socavan la autoridad moral de los líderes.
Los raizales piden un tratamiento especial que fuera a sacar a las islas del esquema administrativo del país: una fórmula para lograr autonomía,
para el Gobierno piensa más en una simple codificación de derechos y deberes, todo lo cual ya está plasmado en normas y sentencias, para calmar ánimos.
Si bien el fallo del 2012 le da un impítu, también fue su talón de Aquiles.
El gobierno desea darle a las islas y en especial a los raizles todo lo que desean, pero por otro lado, al haberse definido la situación legal de las islas se pierde el interés de ser consecuente con lo que desean, el estado usando todo tipo de mecanismos para neutralizar a las aspiraciones raizales.
El Estatuto fue un instrumento que canalizó esas aspiraciones pero al mismo tiempo las destruyó. En estos momentos el tema raizal está totalmente congelado y la agenda está siendo manejada por el Ministerio del Interior.
Fue un sofisma de distracción para la comunidad raizal, donde se canalizaron las quejas y los reclamos y ésto desde luego favoreció al Estado como mecanismo neutralizador de la protesta por el fallo de La Haya. El fallo propició una coyuntura propicia para lograr algunas cosas pero el liderazgo local desaprovechó el momento.
El problema del Estatuto es que no ha podido compaginarse con diez aspectos importantes:
1. Los derechos de las otras comunidades. No es incluyente y se debe reconocer que nuestros derechos no pueden afectar el de los otros.
2. Las perspectivas de la soberanía política de Colombia en las islas porque desean aprovechar la autonomía limitada dictada por la Constitución para lograr una nueva estructura político-administrativa en la relación vis-à-vis Colombia.
3. El déficit democrático en relación a la comunidad raizal y la comunidad isleña en general.
4. La realidad socio-cultural de sus alcances. No se ha hecho un análisis y un reality check de los efectos del mismo y se tiene la impresión de que se hace porque lo dice el Convenio 169, pero esto no necesariamente es lo adecuado y fácil de traducirse a una norma. Las buenas intenciones de la norma no necesariamente se logran plasmar en leyes por realidades jurídicas, políticas o porque no conviene a las islas. El Estatuto no ha podido lograr eso.
5. Usan los preceptos del Convenio para dar legitimidad a sus argumentos pero éstos argumentos no se legitiman desde la base, y por lo tanto no hay autoridad para lograrlo (autoridad ni de los raizales ni del resto de isleños) y no se logra plasmar las intenciones de la misma en unas normas que resultaran aceptables y viables (workable). Para ellos era incompatible la autonomía sin control étnico sobre el territorio, algo que no solo es una falacia porque la autonomía es posible dentro de un colectivo nacional, sino que no fue pactado con la misma población raizal y la no raizal.
6. Fallan en lograr proveer una fórmula que logre la autonomía de la comunidad étnica y un nuevo marco político administrativo dentro de un marco nacional. Se pudo haber logrado algo pero ellos optaron por algo extremo casi cercano a la separación que desde luego no aceptó el Gobierno nacional.
7. Una grave falla es la inexistencia de un sistema político y un gobierno de tipo étnico que tienen otras etnicas, lo cual los obliga a crear esquema políticas que no han alzado vuelo entre la misma comunidad.
8. La dependencia económica y financiera de Colombia constituye un desincentivo para separarse o lograr autonomía.
9. La colombianizacion ha sido efectiva y ha desdibujado las fronteras entre lo raizal y lo continental. Esto, junto a la dependencia económica, otorga poco atractivo para un respaldo popular para un Estatuto como el que planteaban los lideres. No habían motivos suficientes para una movilización significativa a favor de autonomía que deseaban los lideres, que concentraron demasiada atención en los aspectos de poder y poco en aspectos socioculturales que se pudieron lograr.
10. La debilidad de la estrategia y la falta de aliados estratégicos claves para respaldarlos ante el gobierno. No solo fueron reacios a incorporar más al pueblo, sino también a los representantes a la Cámara y a los políticos locales, asumiendo que porque las normas dicen algo el Estado está en la obligación de entregarlo. Esto tiene dos problemas. Hay una separación entre aspiraciones legales y la realidad político-legal. Y dos, no hubo el respaldo de la base.
El problema aquí es dónde lograr un balance donde haya un Estatuto que valga la pena. El de la propuesta de los lideres, con alcances en relación a autonomía pero que a propósito dista de ser democrática y aceptada, porque la gran mayoría desconoce su contenido. Y el del Estado sin alcances.
Se cortó lo que más lo hubiera hecho relevante: autonomía y la cuestión de declaratoria de la tierra como territorio ètnico pero eso hubiera afectado soberanía de Colombia e intereses no raizales que deben ser respetadas. Ha sido algo excluyente pero no han podido cuadrar las dos cosas
El aspecto de la tierra para la comunidad Raizal es algo que debe reconocerse teniendo en cuenta la manera de ver la tierra porque la noción de territorio étnico o colectivo que desean imponer es algo que manejan otras comunidad.
UNO PODRÍA CONCLUIR
que la etnia raizal es la única en el país que ha tenido un proyecto de tipo independentista, algo que refleja su diferente trayectoria histórica en relación al resto de las etnias Afro del país. Es un proyecto de articulación de las quejas y reclamos de años (de abandono estatal, necesidades básicas insatisfechas, como los otros grupos Afro), aprovechando desarrollos en las normas y en la ideología anti colonialista y nacionalista de la posguerra y en los desarrollos de derechos humanos de minorías desde los 70s y otros de tipo legal y constitucional colombianos después de la Constitución de 1991.
La pregunta clave es si la reivindicación raizal que aún persiste de manera informal y atomizada podría ejercer presión sobre el Estado central para lograr algo.
Todo indica que no, en especial con este gobierno que insiste en cambiar las cosas y en tratar a las islas como un todo. Para muchos el gobierno de Duque es un retorno a la mano dura, centralista y nacionalista de Turbay Ayala y de Álvaro Uribe que no dejan mucho campo para la cuestión étnica.
La ausencia de un movimiento separatista y la poca presencia de grupos de reinvindicación hace más fácil la omisión de atender asuntos raizales.
Por eso la desaparición de Amen es una verdadera tragedia. Nuncalogró amenazar la soberanía colombiana pero sí creó esperanzas de que lograría cosas por el lado de reivindicación.
Ahora no hay nadie que impulse y sabemos que el Estado colombiano reacciona a hechos y no tiene iniciativa. Por otro lado, habiendo gastado tanto en esto y logrado poco o nada según algunos, es poco probable que se abre un nuevo capítulo y además su fracaso representa un éxito de las políticas estatales.
La mayoría de raizales tenemos una idea ambigua con relación a Colombia. Si bien la mayoría no desea separarse no parecen querer estar totalmente integrado al país y desean un nivel de autonomía que los grupos raizales no han podido entender y menos codificar. Esto desde luego es favorable al status quo y ayuda al Gobierno. El Estatuto se hundió en un pantano de incertidumbre generado por todo eso.
No hay duda de la necesidad de un Estaruto u otro mecanismo para la protección del derecho de supervivencia de la etnia.
El Estatuto no fue un ejercicio de autonomía democrática y autodeterminación sino un proyecto político de unos pocos. No fue incluyente y se ignoraron los derechos de las otras comunidades, y uno podría argumentar que de la misma comunidad raizal. La autodeterminación se complica porque se debe tener en cuenta a las otras comunidades.
El mayor interés raizal se debe centrar en la solución de necesidades insatisfechas más que en perseguir autonomía y modelos utópicos que les presentan los lideres sin fundamentos legales y reales. No hicieron estudios de factibilidad y esto era conveniente para que la comunidad no tuviera una idea de lo que les esperaba.
En esta perspectiva se podría decir que los modelos separatistas propuestas por AMEN y reflejados en el Estatuto son un ejercido anti democrático.
el modelo de autodeterminación, que era la base del Estatuto, está basado no en unas aspiraciones de la base sino en unas ganas de poder político de un grupo que no ha sido capaz de ofrecer alternativas y ha querido usurpar el proceso democrático de esa misma autodeterminación para lograr el control político que a la larga podría haber afectado más a las personas que dicen querer defender y proteger.
El modelo de autodeterminación nunca fue una posibilidad real de la mayoría y no ha salido del debate legal o de los anales de la historia del grupo AMEM. Nunca se llegó a discutir en los niveles políticos formales, que de haberse hecho hubiera servido de apoyo a las aspiraciones de los que abogan por la autonomía y luego la separación.
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Politólogo, Universidad de los Andes, 1990.
Maestría Estudios de Desarrollo, University of Leeds, 1993.
Doctorado en History of Internacional Relations, London School of Economics, 1997.